¿Cuántas veces no nos hemos puesto encima una máscara de perfección y felicidad aún en los momentos en los que nuestras emociones dicen lo contrario?

¿Cuántas veces hemos dejado de hacer o compartir las cosas que nos gustan por miedo al qué dirán?

¿Cuántas veces hemos creído que el atrevernos a ser VULNERABLES es un símbolo de debilidad y no de valentía?

¿Cuántas veces no hemos luchado contra nuestros propios juicios o necesidad de aprobación?

Seguro que muchas, ¿verdad?

Si algo he aprendido del emprendimiento es a sentirme cómoda con la palabra vulnerabilidad. Dejar de verla como algo prohibido que no se puede mostrar.

Justamente por eso hoy quise escribir sobre este tema porque, más que compartir recursos que te ayuden a crecer tu negocio digital y a ser una emprendedora de éxito, quiero contarte cómo aceptando tu propia vulnerabilidad puedes mejorar la manera en la que gestionas tu negocio y tu vida. 

Pero…

Qué es la vulnerabilidad

Según la RAE, la palabra vulnerable se refiere a alguien “que puede ser herido o recibir una lesión física o moral.”; pero para Brené Brown, una experta en este tema y mundialmente conocida por su Charla Ted: El poder de la Vulnerabilidad, es “una muestra de coraje”. 

Me gusta más esta definición.
Ella dice que no es ser débil, cómo nos ha hecho creer la sociedad, sino que es el arte de atrevernos a ser totalmente honestos y transparentes con las personas que nos rodean y con nosotros mismos, aunque nos expongamos a situaciones que duelan.

Pero descubrir esto toma tiempo. Necesitas tocar fondos, tener experiencias que te ponen cara a cara contra tus miedos y ver lo que no quieres en tu vida para conectar con lo que de verdad mereces y es bueno para ti.

3 Maravillosas lecciones que aprendí cuando acepté ser vulnerable

¿Qué he descubierto en este camino de autodescubrimiento? Veamos.

1. Reprimir nuestras emociones genera más estrés y ansiedad

Cuando reprimimos nuestras emociones generamos más estrés y ansiedad en nuestro cuerpo y, por ende, más dolor. Es como si nosotros mismos nos autofrageláramos. Como si todo el tiempo estuviéramos escondiendo la manera en la que nos sentimos por dentro, mientras la tristeza, el miedo o las heridas que todos tenemos, tardan más tiempo en cicatrizar porque no las hacemos conscientes. 

2. La vulnerabilidad nos ayuda a superar las críticas

Cuando emprendemos le tenemos mucho miedo a la crítica. Piensa en la última vez que dejaste de hacer algo importante por miedo a escuchar la opinión de los demás. 

El qué dirán las personas de nuestro trabajo, de lo que decimos, de la manera en la que hablamos, de nuestros servicios, de los posts que compartimos… de la manera en la que somos. 

El problema es que cuando dejamos que ese miedo controle lo que hacemos, nos limitamos a hacer lo que se supone que debemos hacer sin darnos la oportunidad de sacar a relucir nuestra mejor versión.

 Pero, ¿qué sucede cuando dejamos de escuchar al miedo? que sacamos nuestra verdadera esencia y nuestra creatividad. 

El miedo y la crítica siempre estarán presentes de alguna forma a lo largo de nuestra vida y en nuestra profesión, pero hay que seguir adelante sin dejar que los obstáculos que se nos cruzan por el camino nos detengan. 

3. Ser vulnerables nos aleja de la necesidad de perfección

¿Cuántas mujeres anhelamos ser perfectas en todo lo que hacemos? Yo he estado allí muchas veces. Deseando hacer mi trabajo de forma impecable, trabajando para tener relaciones idílicas con mis clientes, queriendo mostrar en redes sociales lo bueno, lo inspirador, pero cuando tenemos esa necesidad de perfección las cosas no funcionan porque pasa algo: nunca nos sentimos suficiente. Aunque tratamos y tratamos. 

Porque partamos de varios principios: 

  • Algunas personas amarán lo que haces y otras no. 
  • Algunos días serán buenos y otros malos.
  • Algunas veces conectarás con clientes maravillosos y otras tendrás experiencias negativas con clientes tóxicos.
  • Algunas veces estarás arriba y muchas otras abajo.
  • Algunas veces triunfarás y otras aprenderás una lección.

Y todo eso está bien. Hace parte de la experiencia de estar vivos. 

En lugar de ver la vida a través del perfeccionismo, debemos aprender a ver cada oportunidad como la situación adecuada para dar lo mejor que tenemos y acercarnos a la mejor versión de nosotros mismos. 

A nuestro ritmo, sin etiquetas impuestas y sin obligaciones.

Celebrando nuestros logros y aprendiendo de nuestros fracasos.

Ser vulnerables es intentarlo, mientras reconocemos que seguimos aprendiendo.

¿Qué es para ti la vulnerabilidad?

Cuéntamelo en los comentarios. 

Gracias por leer mi nuevo blog post, Me encantaría que lo compartieras con alguien que lo necesite!

Un abrazo

Marjorie